A nadie le gustan los conflictos, pasar por ese proceso de
tensión en el que no se sabe si se llegará a un acuerdo, o si alguno de las
partes “ganará”. En ocasiones los conflictos pueden causar que las personas
incurran en conductas y respuestas poco adecuadas para el momento, de las
cuales se pueden arrepentir después, una que se piensa mejor la situación.
Los conflictos se pueden presentar en cualquier contexto,
sin embargo, hablando del ambiente laboral, estos se definen como las disputas
entre 2 o más miembros de una organización por diferencias de opinión,
percepción o problemas de relación entre ellos. Son tan cotidianos, que es
imprescindible desarrollar estrategias para su resolución.
Fuente: Elaboración propia.
Antes de actuar para resolverlos, es necesario saber que existen
diferente tipo de conflictos, cada uno de ellos tiene una perspectiva diferente
y por ende, su resolución varía. Si se consideran las personas que se ven
implicadas en ellos, se pueden clasificar de la siguiente forma:
INTRAPERSONALES
Son consecuencia de insatisfacciones o contradicciones
personales.
INTERPERSONALES
Ocurren por diferencias de intereses, creencias, valores,
etc. entre compañeros.
ORGANIZACIONALES
Son problemas relacionados con el trabajo y relaciones
laborales.
Por otro lado, si se consideran las posibles causas por las
que se originan, se pueden clasificar de la siguiente manera:
DE RELACIÓN
Producidos por el desgaste en las relaciones entre compañeros
o miembros de la organización, generalmente por deficiencias en la
comunicación.
DE INTERESES
Ocasionados por la percepción de que, dentro de la
organización, se favorece a los intereses de un tercero y no a los propios.
DE RECURSOS
Suceden cuando no se facilitan los recursos necesarios para
la realización de las labores a los empleados o un elemento no puede realizar
sus actividades en tiempo y esto retrasa las tareas de otras personas.
DE METAS
Ocurren debido a las diferencias entre los objetivos a
alcanzar por parte de la persona y por parte de la empresa.
Fuente: Elaboración propia.
Además de su origen, es importante considerar que los
conflictos son inevitables, no se puede pretender que todos los colaboradores
de una institución estarán de acuerdo todo el tiempo y con la totalidad de las
decisiones que se tomen. Hasta cierto punto, estos son necesarios para que se
demuestren ciertas habilidades y forman parte de las situaciones que potencian
el crecimiento profesional de los empleados.
No obstante, a pesar del lado negativo evidente de un
conflicto, existe un lado positivo, ya que es por ellos que conocen y comparten
otros puntos de vista, se evidencian errores que se requiere corregir, por lo
que se puede buscar una solución apropiada, se ofrecen oportunidades de mejora,
entre otras.
Si quieres saber un poco más puedes dejarnos un comentario,
mandarnos un e-mail a atta.hausfh@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario